DE LA EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA A LA EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO: METODOLOGÍA EN EDUCACIÓN ARTÍSTICA EN EDUCACIÓN SECUNDARIA.

 

MªJesús Cuenca Bonilla

 

            La educación pública tiene la obligación de incluir entre sus objetivos la integración y socialización de los miembros de la comunidad a la que pertenecen. Ahora más que nunca es necesario impulsar este objetivo, tanto por los problemas cívicos generados en las sociedades desarrolladas, como por los nuevos fenómenos derivados de la globalización.

 

            Es en este marco donde aparece la Educación para la Ciudadanía, con el propósito  de formar ciudadanos con más competencias cívicas y responsabilidades sociales. “La Educación para la Ciudadanía comprende el conjunto de valores (responsabilidad,   tolerancia, solidaridad, libertad, igualdad y pluralismo) actitudes y comportamientos  necesarios para una convivencia social” Bolívar, A. y Balaguer, F. .

 

            Una Educación para la Ciudadanía debe trasmitir valores, actitudes y comportamientos, a partir de una cultura de centro en la que se evidencie el diálogo y la toma de decisiones colegiada. Toda la comunidad educativa debe compartir las mismas normas y valores para hacer llegar con efectividad a los alumnos estos mensajes.

 

            No obstante, existen propuestas en educación que van más lejos en sus planteamientos, como es el caso de La Educación para el Desarrollo, que da un paso más en la comprensión y compromiso de los fenómenos de desigualdad, promoviendo la educación para la ciudadanía global. La Educación para el Desarrollo se sustenta en la idea de que el cambio global, depende tanto de las sociedades del Sur como del Norte, de manera que sólo el compromiso y la responsabilidad de todos harán posible un cambio estructural que se mantenga en el tiempo. Este cambio estructural supondría que la ciudadanía del planeta ha adoptado una nueva actitud respetuosa y comprometida con el medio ambiente, los Derechos Humanos, la igualdad de género, ha interiorizado valores de tolerancia hacia los inmigrantes, la población multicultural de nuestros entornos, y que ha pasado ha formar parte, en definitiva, de la llamada cultura de la paz y de la solidaridad.

 

Educación para la Ciudadanía Global a través de la Educación Artística.

 

            La transculturalidad” es un nuevo concepto que está apareciendo en los estudios sobre identidad, consistente en la negación de una cultura totalmente pura; todas las culturas están atravesadas por otras, el Arte del siglo XXI es un ejemplo de este fenómeno. Si tenemos en cuenta todas las consideraciones que sobre la educación del futuro hace la Educación para el Desarrollo, vemos que no sólo el fenómeno de la “transculturalidad” coincide con objetivos propios de la Educación Artística, sino el compromiso social (que es una tendencia que retoma el arte en los últimos años), educar para la incertidumbre y el relativismo (Postmodernidad),  enseñar a afrontar (capacitar para el pensamiento crítico) etc.

 

            Las manifestaciones artísticas actuales constituyen la mejor fuente de recursos disponibles para conseguir los objetivos de la Educación para la Ciudadanía Global. Algunos ejemplos los podemos ver en el Videoarte, Vj's o el  Stree Art.

 

            El videoarte, más que narrar historias, expresa estados de ánimo, pasiones, sueños, conceptos, sentimientos y alucinaciones que provocan al espectador; es creado por un artista, sin importar de qué disciplina provenga y no forzosamente debe dominar la técnica del vídeo. La diferencia entre un videoasta, que es un especialista que domina la técnica del vídeo y un videoartista, viene de otra disciplina del arte que encuentra en el vídeo el medio ideal para expresar lo que siente y su percepción del mundo, aunque el videoartista no sepa de encuadres, iluminación y sonido.

            Mucho del videoarte mundial es autobiográfico y anecdótico, la mayoría de los artistas salen en sus vídeos donde le gritan al mundo qué sienten, qué piensan, sus frustraciones y miedos, mediante imágenes y sonidos.

            Los creadores visuales y videojockeys (VJ) se han ganado un puesto importante dentro de los espectáculos relacionados con la manipulación de imágenes y sonido en directo. Estos creadores proyectan vídeos a tiempo real, los modifican y manipulan con software específico.

 

 

 

 

 

           

 

 

            En ocasiones, dependiendo de cual sea el fin último de la proyección,  los vj's pueden insertar elementos en la escena proyectada: dibujar en una mesa de luz, proyectar diapositivas, intervenir directamente en la pared, fusionar varias proyecciones simultáneas, emplear cámaras web, utilizar controladoras de efectos de imágenes, etc. Pero el aspecto más importante de la producción de un VJ es sin duda el carácter performativo de las actuaciones. Cada una es diferente y este carácter improvisatorio la hace atractiva y única.

            Ya no se puede definir al VJ como un complemento decorativo, el trabajo de estos creadores está ensanchando los límites del arte visual.


            Este artista del siglo XXI sintetiza las bellas artes, la tecnología informática y el bagaje audiovisual y cinematográfico, para crear un mensaje audiovisual con contenido crítico en muchas ocasiones. Este es el caso de INSIDE US ALL, que utilizan el arte multimedia, los films, la fotografía, el vj'ing, la música y los eventos públicos para dar un mensaje contemporáneo sobre los temas globales y las dificultades políticas que nuestro planeta está sufriendo en estos momentos. Su intención es proporcionar ayuda y recursos a las comunidades del mundo, desarrollando proyectos existentes con ayuda, atención y materiales necesarios para mejorar sus instalaciones, pensando especialmente en los niños. Con residencia en Londres y Nueva Delhi, sus trabajos han sido exhibidos en la TATE Gallery de la capital británica.

            Otra de las tendencias actuales que participa de algunos de los objetivos de la Educación para la Ciudadanía, es la que se denomina street art. La calle y los espacios urbanos ofrecen un nuevo sistema de relaciones al que los museos y las galerías de arte no pueden acceder: cambia la tipología de las obras y la reacción del espectador. Esta relación cuestiona la función del arte propone revisar los planteamientos estéticos actuales y rechaza la idea de objeto cultural como sólo aquel que es producido o presentado por el poder y la cultura dominante. El arte que se crea en la calle utiliza los mismos mensajes visuales que produce la sociedad y manipula el código para que expresen  actitudes, ideas o problemas actuales.

 

 

 

 

           

           

 

 

 

           

 

            Recientemente en nuestra sociedad se vienen desarrollando en todo el mundo una serie de actuaciones gráficas urbanas que se pueden englobar bajo el término street art. El término inglés en su concepción más amplia y literal describe todo el arte desarrollado en la calle, normalmente de manera no autorizada. Esto incluiría tanto al Graffiti vinculado al la cultura Hip Hop como a otras formas diversas de intervención artística en la calle. Sin embargo, desde mediados del los años 90 el términos street art o su equivalente de Post-Graffiti se vienen usando para describir el trabajo de un conjunto heterogéneo de artistas que han ido desarrollando acciones artísticas en la calle mediante el uso de plantillas, posters, pegatinas y otras técnicas y códigos que se alejan del Graffiti.

            El uso de plantillas, a menudo con un mensaje político, cobra especial relevancia en París en la segunda mitad de los años 60. Sin embargo, no es hasta mediados de los años 90, con la aparición de artistas como el norteamericano Shepard Fairey y su campaña "Obey" (Obey Giant) (Obedece al gigante), ideada a partir de la imagen del personaje de circo Andre The Giant y llevada a cabo mediante el uso de posters y plantillas, cuando las diversas propuestas de este tipo cobran auge en distintas partes del mundo y son percibidas en su conjunto como parte de un mismo fenómeno o escena.

           

            Actualmente una nueva onda de artistas, diseñadores, e intelectuales, no ajenos al carácter de libre expresión ideológica que propicia el stencil, se valen de él. Se convierte pues en un arte al cual todos podemos acceder, la ciudad es su gran museo; la rusticidad de la técnica, las plantillas adheridas, cortes, incorrecciones, se convierten a su vez en parte de la obra. Y el mensaje, va desde lo meramente lúdico y absurdo, casi surrealista, hasta lo grotesco y lo hiperreal.

 

            Las posibilidades de intervención en el aula a partir de este tipo de obras son muchas, pero sobre todas ellas destaca el potencial que estas imágenes tienen, para que los alumnos se adiestren en la interpretación de mensajes visuales, canalizar todo el aprendizaje a través de la producción e interpretación y, fomentar valores prosociales a través del estudio de obras de denuncia social. Como ejemplo de este potencial basta con mostrar algunas de las obras de Banksy.